jueves, agosto 27, 2009

COLUMNA DE OPINIÓN.El miedo inherente de los periodistas

Por Camila Peña Pedroza
Por muchos años los periodistas han tenido que vivir al margen de la censura, la guerra, las amenazas, la violación a su libertad de expresión y en consecuencia de todos los actos delictivos que ocurren siempre en su contra. Esto no sucede solo en nuestro país, en el mundo entero el oficio del periodista está en peligro y está siendo cada vez más limitado.

Periodistas como Daniel Coronell, Daniel Samper Ospina, Antonio Caballero, María Jimena Duzán o Claudia Gurisatti; pertenecen a la nueva generación del periodismo colombiano y son quienes a diario nos transmiten lo que ocurre, analizan los hechos y dan muchas veces su opinión buena o mala, sobre la actualidad. Unos son controversiales, otros no tanto, algunos son fuera de lo común y es precisamente eso lo que le gusta al pueblo colombiano. Pero a la vez, ese hecho es el que le molesta a las personas que no quieren que las cosas se digan y se sepan.

Columnas de opinión, entrevistas, noticias, perfiles o reportajes, son géneros periodísticos de vital importancia y de tradición en nuestro país. La gente lee a diario la prensa, ve televisión, investiga en internet y escucha la radio; viven bajo los medios de comunicación a los que tienen alcance, de los que aprenden y disciernen. Medios en donde los periodistas no se dejan acallar, con gritos informativos narran la verdad mediante veracidad y las fuentes creíbles. Opinan, critican, aplauden, sentencian o ignoran los hechos, pero nunca dejan de dar su opinión. Aunque esto les acarre problemas, miedos y muchas veces los lleve a la muerte o a tener que abandonar su oficio y hasta su país.

Y es que si en este articulo, quiero analizar cuál es la relación entre los derechos Humanos y los derechos de la Información, en cuanto a la libertad de prensa y el papel que desempeña el periodista en la defensa de la dignidad humana. Y para lograr este discernimiento quiero que tengamos claro de dónde surgieron y qué son estos derechos. Entendiendo así, que los Derechos Humanos "declarados el 10 de diciembre de 1948 por 51 países. Fueron proclamados por la Asamblea General de las Naciones Unidas, están compuestos por una carta que es utilizada en los Estados Sociales de Derecho, como guía básica para la no vulnerabilidad de dichos derechos. Se compone de 30 artículos y es un catalizador que permite la efectividad de los tratados. El artículo 19 específicamente se encuentra íntimamente relacionado con la comunicación y el periodismo. Este articulo cita que todo individuo tiene el derecho a la libertad de opinión y expresión, incluyendo el no ser molestado a causa de sus opiniones, permitiéndole a la persona investigar, recibir información y opiniones, y difundirlas sin limitación de fronteras por cualquier medio de expresión ".
Y viendo así que los seres humanos y por supuesto los periodistas cuentan con este derecho a la libre expresión, nos preguntamos ¿Por qué en nuestro país ese derecho no es respetado? Y creo que para hallar una respuesta clara, podríamos quedarnos indagando la vida entera y encontrando posibles soluciones obsoletas al problema.

Por otro lado y no menos importante, están los Derechos de la Información íntimamente relacionados con el oficio del periodista, están expuestos en un "catalogado donde se afirma que son los que se fundamentan en la capacidad de acceder, solicitar y conocer datos, documentos y demás información que el ciudadano considere de interés o necesidad. Está sustentado en los artículos 15, 20 y 23 de nuestra constitución política. Tiene tres diferentes estados de aplicación. La forma activa que consiste en cuando soy yo quien brinda la información, la forma pasiva que es cuando yo solicito esa información y la tercera, denominada la forma neutra, cuando yo puedo conocer qué existe sobre mí, en base de los datos públicos y privados ".

Entonces el periodista en el desarrollo de su profesión, está cobijado por los derechos humanos, los derechos de la información y claro, por el amparo que el Estado les debe brindar. Pero esto no se cumple del todo en Colombia y eso bien lo sabemos.

¿Qué solución podemos dar o que respuesta podemos encontrar al interrogante planteado?, tal vez ninguna o tal vez aunque exista no la conocemos. Lo único que podemos hacer es seguir ejerciendo la profesión del periodismo, que aunque muchas veces mal paga, es vital para el desarrollo de nuestra sociedad.
Y es que si los periodistas no hablan, entonces ¿Quién se podría encargar de decir la verdad? ¿El Gobierno, la población, la Iglesia, nuestros niños, nadie?... no lo sabemos, solo podemos ser consciente que el periodista tiene una responsabilidad social ante el pueblo y que son quienes a diario siguen escribiendo, hablando, leyendo y hasta peleando por dar a conocer la verdad.

Peligroso o no, el oficio del periodismo es una profesión incansable, inevitable y que tarde o temprano empezara a ser respetada por los que ahora no la valoran y la quieren ocultar.

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