Crónica: Una mirada profunda.
CRÓNICA
Una Mirada Profunda
Dulce, tierna, indefensa, una muñequita preciosa, un angelito del cielo. Una bebe con ojos grandes, cejas pobladas y extensas pestañas; como afirman sus padres. Con una mirada penetrante, con esos ojotes que lo dicen todo, que expresan lo que siente y piensa, lo que quiere, lo que ama, lo que necesita. Es todo un tesoro de amor, todo un tesoro de pureza. Una niña, que le encantaba jugar, correr, reír, una bebe que amaba que le tomaran fotografías, que la gente viera su sonrisa, su mirada… que la gente la conociera. Están son algunas de las palabras con las que puedo describir a esta nena, a la delicada edad de 3 años, donde solo le brindaba a los demás alegrías, amor, cariño y respeto. Todos estos, sentimientos puros y verdaderos, todas estas emociones que solo ella podía y puede expresar con una mirada.
Su familia la ama y la apoya desde pequeña. Creció en un hogar “perfecto”, aparentemente no existían problemas, no había dolor. En un hogar donde por más que había sentimientos puros, existía también engaños. Sus padres se amaban, pero los problemas no los abandonaban. La impaciencia se apodero de sus corazones, la inestabilidad de la relación y las heridas de todo el núcleo familiar. Un día estallo, todos los problemas explotaron. Ya no había solución. Sus padres tomaron la decisión de separarse, ella solo le quedaba una opción, adaptarse a este cambio. Un cambio que la convirtió por un tiempo, en una niña alejada, callada y tonta. Una niña que solo quería estar sola, pensar en como su familia se destruyo y en cierto modo mas de una vez hacerse culpable de esto.
Vivió con su mamá y hermana, cerca de dos años, viendo a su papa cada 15 días, esto le hacia un inmenso daño. Para la niña su Papá es su vida entera, es el apoyo incondicional con el que cuenta, su madre tambien, pero a ella la tenía al lado todos los días. Sus hermanas son su ejemplo de vida para ella y sus sobrinos… sus tesoros, su vida entera, son su todo y a la vez su nada, si algún día le faltaran. Todas estas emociones eran confusas para aquella personita, para este angelito que desde pequeña tubo que conocer el dolor de no tener a su familia unida.
Cierto día de Junio, algo estaba apunto de ocurrir, este día no era normal. Esta vez cumplía quince primaveras, esta vez dejaba de ser una niña, una bebe consentida. Pasaba a convertirse en una mujercita, en una princesita. Sus padres se encontraban en diálogos de paz, como ella misma define este tiempo de comunicación. Así que para festejar esta fecha especial, se acercaron más. El mejor regalo que sus padres le pudieron dar a este angelito, aquel diez de junio fue sentarse junto a ella, llorar juntos y decirle como se iban a dar de nuevo una oportunidad… Desde entonces viven felices, su hogar esta lleno de alegría, solo se respira paz, tranquilidad y sobre todo amor, amor puro. Dejo de ser la persona callada que una vez fue, volvió a ser como era, como siempre había sido, como la gente la conocía y la quería.
Ella ya es toda una adolescente. Muchas cosas han cambiado en su vida, muchos problemas a tenido que afrontar y muchos obstáculos que superar. Y con todo sigue llevando una vida feliz, una vida normal. Canta, ríe, llora, baila, piensa, siente… dice todo con su mirada, dice todo con el fuego que hay en sus ojos. Su mirada es penetrante, sus ojos dicen más que mil palabras juntas. Ama a su familia, vive y lucha por ellos. Ahora ella solo se compone de amor, de ganas, de fortaleza y de sueños. De todo lo que cierto día le arrebataron y hoy le devolvieron.
Su familia la ama y la apoya desde pequeña. Creció en un hogar “perfecto”, aparentemente no existían problemas, no había dolor. En un hogar donde por más que había sentimientos puros, existía también engaños. Sus padres se amaban, pero los problemas no los abandonaban. La impaciencia se apodero de sus corazones, la inestabilidad de la relación y las heridas de todo el núcleo familiar. Un día estallo, todos los problemas explotaron. Ya no había solución. Sus padres tomaron la decisión de separarse, ella solo le quedaba una opción, adaptarse a este cambio. Un cambio que la convirtió por un tiempo, en una niña alejada, callada y tonta. Una niña que solo quería estar sola, pensar en como su familia se destruyo y en cierto modo mas de una vez hacerse culpable de esto.
Vivió con su mamá y hermana, cerca de dos años, viendo a su papa cada 15 días, esto le hacia un inmenso daño. Para la niña su Papá es su vida entera, es el apoyo incondicional con el que cuenta, su madre tambien, pero a ella la tenía al lado todos los días. Sus hermanas son su ejemplo de vida para ella y sus sobrinos… sus tesoros, su vida entera, son su todo y a la vez su nada, si algún día le faltaran. Todas estas emociones eran confusas para aquella personita, para este angelito que desde pequeña tubo que conocer el dolor de no tener a su familia unida.
Cierto día de Junio, algo estaba apunto de ocurrir, este día no era normal. Esta vez cumplía quince primaveras, esta vez dejaba de ser una niña, una bebe consentida. Pasaba a convertirse en una mujercita, en una princesita. Sus padres se encontraban en diálogos de paz, como ella misma define este tiempo de comunicación. Así que para festejar esta fecha especial, se acercaron más. El mejor regalo que sus padres le pudieron dar a este angelito, aquel diez de junio fue sentarse junto a ella, llorar juntos y decirle como se iban a dar de nuevo una oportunidad… Desde entonces viven felices, su hogar esta lleno de alegría, solo se respira paz, tranquilidad y sobre todo amor, amor puro. Dejo de ser la persona callada que una vez fue, volvió a ser como era, como siempre había sido, como la gente la conocía y la quería.
Ella ya es toda una adolescente. Muchas cosas han cambiado en su vida, muchos problemas a tenido que afrontar y muchos obstáculos que superar. Y con todo sigue llevando una vida feliz, una vida normal. Canta, ríe, llora, baila, piensa, siente… dice todo con su mirada, dice todo con el fuego que hay en sus ojos. Su mirada es penetrante, sus ojos dicen más que mil palabras juntas. Ama a su familia, vive y lucha por ellos. Ahora ella solo se compone de amor, de ganas, de fortaleza y de sueños. De todo lo que cierto día le arrebataron y hoy le devolvieron.
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